Patito Bueno Segunda parte patito
feo
Primeras páginas de la segunda parte de patito feo.
Capítulo
1 La soledad
Elizabeth
cada día que pasaba tenía más confianza en sí misma y sus posibilidades, no
había olvidado todavía lo que había sentido por David, el odio que sentía por
su hermano, el musical la tuvo alejada de Madrid ya hacía tres meses que no
había vuelto a casa, ni a ver Suerte su amiga más querida. La gira la tenía muy
ocupada, pero ya eran varias semanas que recibía un ramo de flores, con una
extraña nota.
-Señorita
Ferrer. –dijo un mozo al que ella miro iba caracterizada como Madonna en like
player, con un sugerente vestido rojo. Traía un ramo de rosas rojas, el mismo
que llevaba recibiendo en los últimos meses todos los días sería un admirador
secreto. Ella lo cogió ahora sonriendo siempre tenía la esperanza que ese ramo
fuera de David confesándole su amor y esperándola cuando terminara el musical,
pero nuevamente era una nota sin remitente.
Señorita
Ferrer:
No
hay día que no vea su actuación que no sienta
Como
trasmite cada una de sus interpretaciones, su belleza,
Eclipsa
todo lo que la rodea, eres un autentico Ángel que deslumbra todo
Lo
que toca.
Atentamente su más ferviente admirador.
Ella
se acercó ahora al chico para decirle quien le había encargado el ramo.
-¿Me
podrías decir quién te ha encargado este ramo? –ella le miro pero el chico le
dijo lo que le decían siempre que no sabía de quien era. Ahora tiraron de ella
para el camerino se vistió con otra ropa y salió de nuevo al escenario.
Empezó
a sonar una canción de Madonna una de las más modernas ella iba vestida con un
corpiño, con unos pantalones negros anchos, en medio del escenario había un
coche.
Otro
bailarín hacía del otro protagonista del video clip era “four minutes” con justin
timberlake ahora se acercaba a él que estaba en el coche la subía a ella los
dos bailaban encima del coche cuando la canción hacia tic tac, ella movía sus
caderas de una lado para otro, ahora se cambiaban de sitio los dos bailando
mientras la canción sonaba, bajaron del coche se unió toda la compañía
bailando, los dos que eran los protagonistas de la canción ahora se miraban y
se quitaban la ropa, mirándose, hasta que termino la canción y pararon.
Era
el último número la gente aplaudía en el teatro que estaba hasta la bandera,
ella hacia la reverencia sonreía. Se bajó el telón el otro chico beso su
mejillas, ella volvió a su camerino para cambiarse ahora, llevaba sólo el
corpiño por que los pantalones se quitaban tirando de ellos por cada lado, era
como una especie de bañador, pero unos toques en la puerta la hicieron parar,
se miró al espejo cogió una goma del pelo se agarró su pelo, abrió la puerta
allí estaba…
-David.
–dijo ella a punto estuvo de caerle las lágrimas, había esperado tanto ese
momento, que él volviera de nuevo, la perdonara, quería tanto estar con él
ahora sabia la palabra que él había dicho lo del dolor en el pecho, es lo que
sintió ahora. –yo…
-No
soy David. –ella le miro ahora su cara cambio radicalmente le odiaba tantísimo
como una persona que tenía las misma cara, se podía sentir tanto asco. –me
gustaría tanto hacerme pasar por él, que me miraras como lo miras a él.
-¿Qué
quieres? –le dijo mirándole a los ojos fijamente. Agarro el pomo de la puerta,
para pegarle con ella toda la cara imbécil, como tenía la cara de presentarse
allí después de lo que le había hecho.
-Me
perdonas, no he podido sacar de mi mente aquel día. –ahora se acercó a ella que
se sintió muy violenta. –Me gustaría que pudiéramos hablar que pudiéramos
arreglarlo y que me dieras una oportunidad en tu vida. –ella agarro la puerta
más fuerte se la soltaba en la cara, pero se estaba aguantando.
-No
quiero verte, ni que te me acerques, me das asco. –ella le miro ahora, no se
iba ahí estaba tan tranquilo escuchando todo. –Que te marches. –le grito habían
pasado meses pero seguía sintiendo el mismo odio, rencor. –tendré que llamar a
seguridad. –Cerro la puerta ahora pero sintió que la volvía a golpear, decía
algo se acercó y escucho lo que decía.
-El
ramo de flores es mío, te seguiré mandando hasta que me perdones. –ella miro
ahora el ramo, se acercó a dónde estaba; lo cogió, abrió la puerta y se lo tiro
casi a la cara.
-No
quiero tus flores, ni nada de ti. –le dijo ella pego un portazo. Luego echo el
pestillo de la puerta. Pero volvieron a llamar a la puerta. –Que me dejes.
–dijo ella furiosa.
-Eli.
–ella reconoció la voz de uno de sus compañeros, que solía bailar con ella en
las coreografías y con el cual tenía ahora una amistad.
-Emilio,
perdona. –dijo cuando abrió la puerta, este tenía las flores en las manos
ahora.
-Así
tratas a tus admiradores. –ella le sonrió ahora. Era muy agradable y siempre la
sacaba una sonrisa.
-No
sólo los que me sacan de quicio. –le dijo devolviéndole la sonrisa ahora a
ella.
-Me
preguntaba si te vas al hotel o te apetece cenar conmigo. –ahora ella andaba
mirándose al espejo, se volvió.
-Claro
que me apetece, creo que ya hemos cenado un par de veces tú y yo juntos. Me
cambio nos vamos. –él se fue al cenit de la puerta y dejo el ramo al lado una
mesa, ella lo miro ahora. Pensativa.
Suerte
estaba muy feliz tenia billetes para Sevilla deseaba muchísimo ver a su amiga
bailar le había mandado dos entradas. Pero no sabía cómo decirle a David que
también tenía una para él. Este estaba ahora sentado en el sofá y miraba
pensativo algo que echaban en la tele.
-David.
–él la miro a su amiga. Saco una especie de entrada se la enseño. –Eli me mando
dos entradas para que fuéramos a verla, unos billetes a Sevilla en el tren de
alta velocidad. –se las puso encima de la mesa de enfrente de él, las miró, se
levantó las cogió, se acercó a la papelera de la cocina y las tiro. Suerte
hacía con la cara que no. Se marchó a su habitación
Preparo
su maleta y se marchó toda contenta para coger el tren deseaba ver a su amiga.
David que
estaba sentado en el salón de la casa que compartía con las dos y miraba la
entrada pensativo, su Patito asustado, que tanta ternura le producía, le había
invitado a verla bailar, pero él la había visto cuando estaba en Madrid varias
veces en la última fila, era preciosa toda ella cuando bailaba.
Su
forma elegante de moverse, su cara inocente, su sonrisa traviesa, a veces la
imaginaba dormida abrazada a su cuerpo, su mirada, se imaginaba bailando aquel
tango tan sensual con ella, cuando ella tuvo la hipotermia y él la calentó, no
sabía quién de los dos lo había hecho más, cuando la encontró desnuda en la
bañera, ella grito que saliera de allí, podía recordarla todavía desnuda
mientras su piel mojada, húmeda, brillaba, su cara enfadada, sus ojos cuando le hacia el amor, pero
entonces se levantó volvió tirar la entrada, porque también recordó lo que
paso...
Próximamente en Amazon y Google Play.